Ni siquiera recuerdo el segundo en que no te pienso, porque a decir verdad siempre estas presente en mi mente. Si, parece que a veces mi voz no suena en tu emisora, o mi perfume no te seduce al salir de la ducha. Pero mi alma persiste en la tuya, así como mi corazón ya es tuyo desde que te conocí. Nada ha cambiado, o si lo pienso mejor si, algo ha cambiado: me he vuelto mas fuerte, y mi amor por ti también, que se ha transformado en un solido cimiento donde poco a poco espero un día construir. A veces quisiera sentirte entre mis sabanas, y esculcando entre mis historias, o jugando a esconderse y sentirme asechada por tu próximo movimiento.  Quisiera disfrazarme esta noche y la próxima, para tocar a tu puerta y seducirte de nuevo. Porque eres tan dulce y tan hombre en toda su expresión, que no me cansaría de hacerlo una y otra vez. No te pido nada, tan solo que me dejes abrigada en una parte de tu corazón. Deja esa puerta abierta, no desesperes, porque nuestros caminos ya están entrelazados, el destino así lo ha decidido.