Sobre el filo de mi ventana
- 7:24 p.m.
- por
La noche sigue fría.
No hay nadie a mi lado, pues el cuerpo de mi acompañante en la cama yace dormido y despreocupado.
Hace mucho que no tiemblo en sus brazos, ni por deseo, ni por frío.
Ni siquiera por el temor al olvido, pues nuestro amor cada día se va alejando.
Ya no puedo hacer más, sólo observar.
Y aquí está mi ventana.
Mi amiga del alma, que con su brisa fresca me recuerda que aún soy una mujer.
Virtuosa y colorida, joven y llena de vida.
Los susurros de la noche llegan a mis oídos.
Me advierten que no debo marchitarme.
Que espere pacientemente hasta que el último pétalo se abra y brille con todo su esplendor.
Y las gotas de rocío la embriaguen cada tarde.
Por eso espero, serena y delicada.
Con mis finos encajes y prendas de porcelana.
Hasta que llegue al encuentro de una mirada, esa que me hará vibrar, para llenarme de esperanzas y bailes de gitana.
Bellos versos, cristalinos todos ellos, como lo es tu belleza. Con un corazón latiente, que desea ser deseada, mimada e idolatrada, tal vez al borde del abismo, te sientes a descansar del fragor de la batalla de tu alma, entonces será que un día duermas y lo sueñes y por el rayo del amor... seas, al fin, alcanzada. T. A. P.
ResponderBorrarSiempre magnífico. Aún en pocas palabras puedes ser tan abrazador! B.M
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