Historia de una mujer incompleta
- 10:59 p.m.
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joven y callada, tierna y recatada.
Sus ojos guardaban misterios,
que sólo su príncipe indicado sabría conocer.
Su cuerpo no era de mujer,
pues aún era una doncella sin florecer.
Sus palabras eran castas,
prudentes y sensatas.
Pero su príncipe no llegó como esperaba,
él no llegó en su caballo,
ni rodeado de corazones,
ni mucho menos regalos.
Su príncipe llevaba una máscara,
ocultando su oscura alma.
Y ella cayó presa, de ese amor creado de utopías.
Con los años se volvió fría,
y guardó en un cajón los sueños de princesa.
Sus ojos perdieron el brillo de alegría,
su rostro se tornó sombrío y sin detalles.
Entonces un día se fue de viaje.
Pero no por carretera,
más bien al país de los pensamientos.
Allí encontró consuelo,
descubriendo una nueva pasión.
Agarró un lápiz y escribió:
"tú no eres lo que esperaba"
Su alma se llenó de esperanzas,
al sentir como de a poco se transformaba.
Sus labios, callados por el dolor,
hablaban desde las puertas de su corazón.
Y así abrió sus ojos al mundo de la libertad.
Sus ojos aún no recuperan su brillo natural,
pero a veces sonríe mientras está sentada,
tomando su café y viendo cómo sus hijos la llaman.
Porque en ellos encuentra aventuras,
amores y responsabilidades.
Sólo le falta un detalle.
Su falso príncipe sigue a su lado.
Porque ella en realidad lo ha amado,
sólo que no cómo esperaba.
Y ahí sigue sentada,
esperando despertar del sueño profundo,
que aunque cada vez parezca más absurdo,
ella sólo desea tomar su antiguo cajón,
abrirlo y retomar aquel corazón,
que tan vivo y llenos de sueños estaba.
Sólo que esta vez, hecha toda una mujer,
pueda encontrar al hombre que la sepa querer,
que la lleve al cielo con una mirada,
que le diga en las noches cuanto la ama.
Y un día, tal vez, toda su flor se pueda abrir,
para sentir completada.
Para sentir que; a plenitud; puede vivir.
Qué decir ante tanto desatino del destino, este nos maneja a su antojo, nos arrebata sueños, nos da lecciones que nos carcomen las ilusiones... nos fustigan con nuestros errores, nos castran las esperanzas. Unas letras dolorosas, Aura, ojala esa "chispa" de esperanza que veo en tus últimas palabras, se cumplan y alcances finalmente ese sueño y logres además abrazar al príncipe que te hará reír de felicidad. Besotes.
ResponderBorrarComo dicen... Siempre hay luz al final del camino. Besotes para ti igual.
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