Déjame salir huyendo
- 3:51 p.m.
- por
Quiero salir corriendo,
y sumergirme en mis propias lágrimas.
Grito desesperada,
agarro mis cabellos en los puños de mis manos.
Y por última vez te miro a ti,
el causante de mi sufrimiento.
Mi "amor" por ti ya no lo recuerdo.
Se observa hoy tan frío y lejano.
Como la brisa pasajera de invierno,
o las hojas naranja de verano.
Creo que voy a morir de angustia.
Creo que mi sufrimiento es una tortura, castigadome por no escuchar consejos,
por quedarme a tu lado y pensar que lo nuestro sería perfecto.
Ya no soy la misma.
Tu ya no eres el mismo.
Los dos somos como almas atadas,
al más vil de los oscuros vicios.
Que se atraen mutuamente por gravedad,
y se repelen cuando ya no quedan motivos.
Déjame salir huyendo,
a las praderas y los montes.
Ahí, seguro no olvido tu nombre,
pero sí los golpes de tu corazón dañino.
Que han lacerado mi carne y mis sentidos,
hasta las entrañas de mi espíritu joven.
Te olvidaré cuando caiga la noche.
Pasaré de ti como una sombra a la que no podrás tocar.
Y ese día, cuando te hayas cansado de rogar,
seré libre como las aves blancas.
Seré libre para volver a amar.
Dolor, dolor y más dolor... ojala detrás de todo vuelva a brillar el sol y alumbre y vivifique tu mirada.
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